Las relaciones de pareja suelen ponerme en estado vegetativo. No soy de esos que desaparecen del mapa y no los puedes sacar de casa y son incapaces de hacer nada solos, pero sí que mi poder de iniciativa desciende.
Ya hace más de una semana que decidí recuperar mi esencia y animar un poco mi vida. La única acción que se requiere a ese fin es la de desperezarme y buscar a los amigos en vez de meramente dejarme encontrar, el resto viene solo.
Una de las primeras cosas que hice fue quedar con un amigo de Vilafranca que hacía casi un año que no veía y con otro de la universidad y hasta con mi ex —el que inspiró el discurso de la tabla periódica—, con quien tuve un encuentro fortuito hace dos años en el tren que supuso nuestra única conversación en cuatro años. Para los curiosos; comimos juntos, nos pusimos al día y pasamos tres horas en el sofá con la televisión apagada y riendo a carcajadas.
Rebajando el nivel de morbo, el jueves anulamos una cena con tres amigos, pero, en compensación anticipada, el martes improvisamos una cena a base de tapas con dos profesoras de la academia. Aunque nunca había tenido relación con ellas fuera del trabajo, la revitalización me lo exigía. Y qué bien me lo pasé.
Ideal semana para la vuelta a los orígenes. Ahora solamente falta mantenerse.
Totalment, en conec uns quants així!
televisión apagada? caram!
Joan, dels que desapareixen per sempre o dels que només es tornen ganduls?
Ja, Pons; tampoc no té gaire mèrit si tenim en compte que quasi sempre la tinc apagada…