LINDO, Elvira. Una palabra tuya. (2005). Barcelona: Editorial Seix Barral, 2012.

«Tan vulnerable en apariencia como firme pese a sus contradicciones, Rosario relata los años transcurridos junto a esa fuerza de la naturaleza que es Milagros; años de tropiezos, ilusión, miedo y realidades que han dado forma al temor de no merecer ser felices.»

Me compré el del cartel de la película sin saberlo

Antes de empezar y para los más perezosos, parece que la historia fue llevada al cine en 2008 por Ángles González-Sinde. Los demás podéis proceder.

Sé lo que estáis pensando. ¿Qué me llevó a coger de una estantería un libro con éste título? ¿Qué me frenó de devolverlo rápidamente a su sitio en ver la portada? ¿Qué me impulsó a comprarlo a pesar del resumen que abre esta entrada? La autora. De pequeño era un seguidor incondicional de Manolito Gafotas (los libros, nada de películas ni series), pero nunca había leído otra cosa de Elvira Lindo. Tenía que probarlo.

Aceptémoslo, todo apuntaba a que el libro sería cursi. Y en parte lo es, pero en gran parte no. Rosario tiene esa forma de hablar de barrio, poco culta y algo basta, pero inocente y cercana. Por eso la narración incluye buenas dosis de humor y reflexiones de bar, de esas tan obvias que se pasan por alto y te fascina cuando alguien las explicita.

En lo que a la lengua se refiere, el laísmo dota a la madrileña Rosario de realismo, aunque en varios momentos lo pierde en frases y vocablos demasiado elaborados. Lo curioso es que hay un momento en que critica que Milagros (creo) use palabras que no conoce bien para enaltecer su discurso cuando ella suelta más de una que sólo he visto en libros, aunque en su sitio. Pero entiendo que hay que llegar a un compromiso entre realismo y literatura.

No, no dejéis que la cursilería que transpire alimente vuestro rechazo, pues es de lectura cómoda y entretenida. Por cierto, si el título os suena religioso (el libro no lo es), es que habéis entendido la referencia.