ETXEBARRIA, LUCÍA. Ya no sufro por amor. Madrid: Ediciones Martínez Roca, 2005.

“¿Llevas años encadenado una sucesión de tsunamis emocionales que te han dejado la autoestima dos puntos por debajo de la de Kafka? […] Quizá sea porque estás confundiendo amor con posesión, sexo con dependencia, chantaje con atención e intrusión con cariño. No es tu culpa.”

Vade retro!

Cuando tomé el libro en mis manos no miré en el interior ni leí la contracubierta por lo que pensé que sería otra novela de Etxebarria (y ahora sí que voy a mantener las distancias). Nada más lejos de la verdad, pues se trata de un libro de autoayuda escrito con la autoridad que le otorgan sus experiencias personales y haber pasado por psicólogos en primera persona; que es la misma autoridad que tengo yo en arquitectura tras años de entrar en edificios, una infancia jugando con bloques de Lego y alguna relación con profesionales del gremio, es decir, ninguna.

Este libro no aporta nada que no aporte cualquier amiga maruja de esas que desde el cariño te machacan dos horas sobre cuanto vales y lo poco que te merecen. Etxebarria puede transformar gente sin autoestima en entes prepotentes que antepongan su orgullo al diálogo y pasen de víctimas a verdugos.

El libro empieza con un test —elaborado con sus amplios conocimientos— que sitúa al lector en uno de estos cuatro grupos: léetelo solamente si eres fan de la autora, leerlo no te va a hacer mal, léetelo ya, conviértelo en tu Biblia. No negaré que hay algún pasaje bueno en sus más de 300 páginas, pero desperdiciar mi tiempo cuenta como hacer mal.

Es un libro que no se debe comprar. Por extensión, tampoco se debe regalar, que un libro es algo muy personal. Y si lo vas a regalar, que no sea el día de Sant Jordi. Y no a tu exnovio tres semanas después de la ruptura. Especialmente si lo encuentras de segunda mano, que ya es un indicador. Prestar atención a los pequeños detalles ahorra situaciones harto incómodas.