Cómo adquirí mi nivel de supervivencia en polaco

Os conté que había estudiado polaco unos meses y que me lancé a practicarlo sobre el terreno. Pronto os contaré los resultados de mi experimento, pero creí necesario poneros en antecedentes de cómo conseguí mi nivel —sea cual fuere— de polaco.

Mis apreciados (por alguien, supongo) lectores ya conocéis las razones que me llevaron al estudio de este idioma, entre ellas el tener amigos de Polonia. Mi primer paso fue, pues, pedir ayuda a un par de polacos residentes en Barcelona para que me enseñaran el alfabeto polaco, la pronunciación y las expresiones y el vocabulario más básico: salutaciones, presentaciones, días y números.

Con esa base me registré en Babbel, una página —con su correspondiente aplicación para dispositivos móviles— en la que se pueden aprender hasta 14 idiomas. El nivel ofrecido de cada lengua es proporcional a la popularidad de la misma; pero en cualquier caso, es un recurso ideal para los dos primeros años de estudio de una nueva lengua. Pronto publicaré una entrada sobre Babbel con más información.

Si se sabe a donde se quiere llegar, es más fácil encontrar el mejor camino [foto: Sylwia Bartyzel]

Si se sabe a donde se quiere llegar, es más fácil encontrar el mejor camino [foto: Sylwia Bartyzel]

Con un vocabulario muy básico (colores, 20 adjetivos, 50 nombres y 15 verbos) y unas bases gramaticales casi nulas (capaz de flexionar género y número y de utilizar un solo caso en una estructura concreta) sentí que era hora de aplicar mis conocimientos. Sabía que parecería un indio o tonto, o un indio tonto, pero hasta los nativos hablan así o peor su segundo año de vida. Mi vida polaca era todavía de pocos meses, podía permitirme los errores.

La casualidad quiso que un viernes conociera a un polaco monolingüe que pasaba el fin de semana en Barcelona con amigos. Lo que pasa cuando se cruzan un polaco que no puede recurrir a otra lengua y un no polaco (aunque soy catalán…) que estudia su idioma es obvio. Las presentaciones fueron relativamente fáciles y nos ayudaron a mí a perder la vergüenza y a él a ajustar su discurso a mi nivel. Así pasé dos días de playa y bares practicando su lengua.

Sin dejar de ampliar mi vocabulario con una sesión diaria de estudio en Babbel, aproveché mis contactos nativos —incluido el nuevo monolingüe— para chatear en polaco. Las características de ese canal me permitían tomarme más tiempo y consultar el diccionario y a las traducciones de Google*, ora más útiles, ora menos.

Desde el principio el objetivo fue viajar en verano para ponerme a prueba y motivarme con los resultados. No buscaba la perfección en seis meses, sería ridículo; buscaba la comunicación. ¡Y vaya si me comuniqué!

*No ofrece traducciones profesionales, pero romperé una lanza a favor del uso personal de las traducciones de Google, siempre con criterio.

5 thoughts on “Cómo adquirí mi nivel de supervivencia en polaco

  1. Retroenllaç: Experiencias lingüísticas en Polonia (2014) | Traduquímica et al.

  2. Retroenllaç: Babbel: aprender idiomas en línea | Traduquímica et al.

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