Que trata de otro modo de vivir los cumpleaños a lo largo de la vida.
Puede que ya haya cumplido veintiséis años. Bueno, no veintiséis años desde mi nacimiento, veintiséis años desde mi concepción ―que si los expertos no mienten tuvo que ser a principios de enero. Claro, se celebra el aniversario del nacimiento porque es cuando los demás toman contacto contigo, pero en realidad te quitan nueve meses de existencia. Podrías ir a las discotecas y conducir casi un año antes si no lo hicieran.
No recuerdo haber asistido a muchas fiestas de cumpleaños durante la Primaria. Y creo que solamente celebré una mía. Ni me fascinaban las de los demás ni me fascinó la mía. Vivimos en un país donde la gente se apila en pisos y mi entorno no es de gente con jardín ni de gente que alquila parques infantiles por un día. Las fiestas eran de cuatro ganchitos en el comedor y, en los mejores casos, cuatro globos alrededor.
Ya siendo mayor he ido celebrando cumpleaños de amigos, conocidos y hasta gente que me caía mal ―y yo a ellos; no nos engañemos, estas cosas pasan. Y en otros países a lo mejor tiene gracia, pero aquí cuando te invitan a un cumpleaños te están obligando a ir a un restaurante a sentarte en una mesa que no te permite hablar con más de cinco personas, pagarte la cena ―porque ellos te invitan a asistir, no a comer― y además traer un regalo, que he visto verdaderas iras desatadas porque un amigo indirecto no traía regalo. ¡Pero qué obsesión con los regalos! Después el homenajeado tiene que ir cargado de artículos del sex shop o del Todo a cien toda la noche. Yo no quiero eso para mí.
Además la gente se pone muy pesada llamándote, preguntándote, acosándote en general y estás obligado a hacer algo superespecial y demostrar al mundo lo genial que te lo estás pasando porque hace indeterminados años tu madre inspiraba y expiraba al ritmo de las contracciones. Yo no necesito que nadie haya sufrido en el pasado para crear una ocasión especial.
Por eso a los dieciséis decidí no decir a nadie más que conociera cuándo es mi cumpleaños. Es la mejor manera para que nadie te presione y puedas disfrutar realmente de tu cumpleaños de incógnito. Pero eso ya lo dejo para otra ocasión, que me gusta dejaros en vilo.
Pregunta no retórica: ¿Qué fiesta de cumpleaños vuestra o de otros recordaréis toda vuestra vida para bien o para mal?
LLavors no et felicito no? XD En part opino bastant com tu… no molen massa aquests sopars on la meitat de gent no et cau be i viceversa, la hipocresia que hi apareix etc… jo intento evitar-ho!
Home, en general la gent ja no sol felicitar-te la concepció, o sigui que no crec que et costi no fer-ho 😛
Quando fazes mesmo anos? ahaha =p
Eu já te disse quando fazo anos quando estive em Lisboa. Só tens é que lembrar 😉
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